No es cosa de abuelita en mecedora. La organización mundial de la salud reporta que una ciudad más o menos sana debe tener mínimo entre 10 y 15 metros cuadrados de área verde por habitantes. Y no por cuestión de estética. El asunto es que con tantas emisiones de carbono venidas de más de 400 mil habitantes de Cuernavaca resulta de vital importancia que se habiliten más zonas verdes que contribuyan a mantener un balance adecuado del aire que se respira.
Las aéreas verdes contribuyen con la absorción del carbono – uno de los principales generadores del efecto invernadero y por ende responsable indirecto del cambio climático- mediante el proceso de la fotosíntesis además de que con capaces de regenerar y mantener los mantos subterráneos de agua: eso sin contar con que nos refrescan la vista y nos ayuda a descansar el cuerpo, a mejorar la imagen de la ciudad; y nos invitan a ejercitarnos y a convivir.
Así como motiva a su chamaco a que lea, diga no a la violencia, se ejercite y coma bien (sabemos que lo hace) invítelo a que siembre un árbol; pero en especial; motívelo que lo cuide. Indirectamente hará al niño participe de un proceso extraordinario que lo obliga a ser consciente de la naturaleza que lo rodea y con suerte, lo comprometerá, de por vida al cuidado y mantenimiento de su entorno.
Es importante que estemos consientes de las funciones de nuestros arboles y del tiempo que toma a uno crecer e integrarse a los ciclos vitales de la tierra; sólo entonces entenderemos que si continuamos deforestando y descuidando hasta la ultima jardinera de nuestras calles, llegaremos fácilmente a un estado crítico del que, a estas alturas del partido, quien sabe si podremos recuperarnos.
Insístele a tus chamacos. Hazlos participes. Pero no lo hagas como si fuera una obligación judicial. Llévalos a un vivero y dales a escoger una plantita y enséñales a cuidarla. Cuéntales eso de que las plantas crecer con amor, música y palabras e invítalos a que lo hagan.
Cómprales un arbolito para que lo siembren en algún parque o reserva y convéncelos de que como una mascota, deben atenderlo, quererlo y protegerlo. Cuéntales de tus planes a otras madres y abuelas de familia: si una de cada diez madres o abuelas de la ciudad hicieran lo mismo, tendríamos sin duda mucho menos de que preocuparnos.
Conservación de áreas verdes
Acciones para conservar los ecosistemas forestales
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